martes, 28 de julio de 2009

EL TRIPLETE... DE VINOS CATALANES



A veces el mundo del vino nos conduce a curiosas casualidades.





El viernes disfrutamos de una de esas largas catas con el amigo Dani; donde el invitado suele llevar una botella, y el anfitrión pone... todas las demás. Esta vez el invitado era yo, así que lleve para compartir un vino del Montsant que me apetecía probar.





Era el día de estreno en sociedad de una cava heredada donde rebuscar entre antiguas joyas. Y quiso la casualidad que los vinos elegidos como adecuados para su consumo pronto fuesen un Priorato y un Penedés.





Así que, surgió la metáfora. Era un triplete de vinos catalanes. ¡Vaya! Si el fastidio no es que sean catalanes. El fastidio era el "remember" futbolero al que nos condujo la situación. ¡Así que no voy a seguir por aquí, no sea que se me enfaden los aficionados culés, que también tienen cabida en este blog (somos así de generosos; je, je; bueno, es broma...)





¡Ah, por cierto! Que la cata acabó con un Vega Tolosa; para mi alborozo; ya que no traía ya connotación blaugrana alguna. Hasta que alguien me recordó que ese vino no anda lejos de Fuentealbilla... ¡Ah! ¡Socorro!





Y bromas futbolísticas aparte; pasamos a hablar brevemente de cada una de esas tres piezas únicas.





Comenzamos por un Río Rojo del Priorato de 1999. Se trata de un vino embotellado para Duque de Montebello; el cual yo desconocía hasta este momento; por lo que, como además, la etiqueta no nos daba ninguna información, más allá de sus 13,5%; no voy a dar más detalles del mismo que no sean los puramente subjetivos derivados de su cata. Aunque no teníamos más datos me sabe a una clara garnacha; en un vino joven y maduro; sin crianza en roble. El hecho de que estuviera algo pasado el momento de toma, así lo indica; y el aguante de la garnacha al tiempo, me ratificaría esta idea. No creo que fuera coupage con tempranillo; y a lo sumo pudiera tener algún toque de Cariñena; que haría que no nos fuésemos a 15%; aunque desvirtuado por el tiempo.



El color es escaso; el vino tiene cuerpo; y le falta algo de ácido. Como aroma, rescataría, tras su aireación larga en copa, unos ligeros toques de confituras y especias. Carnoso en boca.



Para seguir tenemos un Heredad Dairo de Montsant Crianza de 2004. Se trata de un vino de Cellers Unió; proveniente de uva de la cuenca del Siurana. En este caso es un coupage de Mazuela, Garnacha y Syrah; envejecido en roble francés y americano; siendo más claro, para mi gusto, el sabor a este último. La crianza en botella posterior ha dado a este vino un equilibrio bastante aceptable. La graduación ha quedado en 13,5%.



Si nos fijamos en el color; lo recuerdo rubí intenso,con tonos cereza. Aunque me llama la atención el borde cobrizo.



En cuanto al aroma; clarísimos frutos rojos maduros confitados. Evocación a cacao, pimienta y vainilla.



Y en boca innegociablemente carnoso, potente y frutal, con una más que aceptable integración de los taninos. Ello le confiere un largo post gusto; aunque menor del deseado.





Por último catamos un Privat de Penedés de 1999. Se trata de un monovarietal Cabernet Sauvignon; de Carmenet; sometido a una crianza en roble americano y francés (aunque en este caso yo, personalmente, no aprecié la influencia de este último) La graduación es de 12,5%. Lo que más me llamó la atención de este caldo es su color picota cubierto; que no esperaba en este Cabernet. Los aromas son de claros frutos negros, tostados. En cuanto al paso en boca es, quizá, ligeramente astringente. En su evolución va mostrando cada vez una mayor gama de aromas secundarios a cepa. Un vino correcto, y en un buen momento aún de disfrute, aunque quizá hubiera sido mejor tomarlo hasta el año 2005 ó 2006.





Y estos han sido los breves comentarios a estos tres vinos; que no hacemos más extensos por no cansar al personal con esta "triple cata"



Eso sí: dejamos para otra ocasión el comentario a la cata del Vega Tolosa, con esa nueva añada; que no es un vino catalán; pero... ¡sí es un campeón!





A seguir, ¡vinísimos!



viernes, 24 de julio de 2009

NO PODEMOS PARAR...

Pues ya ven; mis queridos y fieles Vinísimos.



Unos cuantos meses sin entradas (que no sin vinos; lo cual sería del todo insufrible) por diversas circunstancias donde la vida nos lleva.



Pero estamos de nuevo aquí, dispuestos a seguir aprendiendo y compartiendo experiencias y caldos.



Estos meses han dado para muchas catas, muchos vinos; muchos momentos compartidos. Sería imposible comentarlos todos; ni siquiera los más relevantes.



Atrás han quedado momentos irrepetibles en torno a caldos nuevos, y de siempre. Originales, y de garantía. Cada uno de ellos con su personalidad, su momento y su historia.

Me vienen algunos a la cabeza: el señorial Alius crianza 2004 merlot-cabernet; el imponente Casa Don Angel Malbec; el increíble 1707; la siempre bienvenida reserva privada de Hoya de Cadenas de 2000; el dulce moscatel Fusta Nova; el estridente Fussion de Bobal; los incombustibles Vega Tolosa; el nunca superado Viña Ardanza de 1989 y su nieto de 2000 mano a mano; el nuevo Mitarte; y tantos otros; donde se intercaló algún que otro Pesquera, para no perder el gusto.

Decenas y decenas de catas. Recuerdo ahora comentarios en las mismas del clásico Javi; del vanguardista Marcos o del todoterreno Dani. Hasta de la recién incorporada Bea al placer de una copa en paz. Recuerdo las exigencias cada vez más altas de Inma (quién te ha visto y quién te ve) Recuerdo también esos debates en el despacho con Patxi (aún está pendiente esa cata...)

Recuerdo...

Pero ya está bien de recordar.

Porque hemos de retomar esta historia, amén de su recuperación. Y es el momento.

¿Os reengancháis?


Bienvenidos de nuevo, vinísimos.