miércoles, 26 de agosto de 2009

TINTO MERLOT FRIULI GRAVE 2007


Todo el mundo sabe que después del 14 de agosto, viene el 19. Y había que buscar otro vino para esa celebración especial. Y adentrándonos en las novedades, y en el ansia de experimentar nuevas sensaciones vinícolas; mi fotógrafa y yo tomamos este vino que, siendo correcto, apuntaba más maneras de las que realmente demostró tener.
Así pues, nos lanzamos a este vino italiano. Se trata de un Vinto Tinto Cosecha de 2007, hecho con uva Merlot cultivada en la ribera del Río Tagliamento, en un suelo fértil y soleado, propio de el pedregoso llano de dicho río.
Se encuentra dentro de la región del Grave del Friuli; que es la que da nombre a la Denominación de origen controlada a la que pertenece este vino joven.
La graduación alcohólica es de 12%.
Los vinos del Friuli Grave son unos vinos generosos; que siempre me han llamado la atención por su frutalidad; y ligero paso en boca; aunque, en este caso, quizá esa cualidad haya resaltado en exceso, dada la excesiva "acuosidad" de este vino (entiéndase en términos coloquiales) En ese sentido, recuerdo otros caldos de esta denominación que impactaron más en mi (sin ir más lejos el Ronco Nolé, o el Di Leonardo) Eso sí, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, estos vinos son elaborados con Merlot y con Refosco, una uva propia de este terreno, que quizá dé más consistencia al caldo.
En todo caso, nos encontramos con un vino bien acabado; con un color rojo rubí.
Los aromas que más destacan son a cereza y a ciruela (característico en los vinos italianos en general, por cierto)
El sabor es redondo; con taninos agradables, y notas de cítricos al final.
En cuanto al maridaje; pienso que podría ser buen compañero de platos de pasta no excesivamente condimentados; de carne blanca, y de caza menor.
Y hasta aquí está primera referencia que subo a vinos italianos.
Seguiremos, vinísimos.

viernes, 21 de agosto de 2009

Tinto PradoRey Crianza 2006



Unos posts más abajo fotografiábamos la cata del PradoRey 2007 seis meses en barrica. En la misma ocasión catamos este vino, hermano mayor, que trajo Vicente, y que degustamos con una auténtica paella valenciana hecha a leña, como Dios manda. La cata conjunta de ambos caldos y su comparativa, así como el maridaje con la paella, fue una agradable experiencia eno-gastronómica. Aquí os dejo foto del caldo y el plato en cuestión.
Se trata del PradoRey Crianza de 2006, edición limitada también a 37.000 botellas, como el Tinto 2007.
Pertenece al Real Sitio de Ventosilla, de la localidad de Gumiel de Mercado; en Burgos, y dentro de la D.O Ribera del Duero.
La graduación es de 13,5 %.
La vendimia comenzó el 16 de septiembre de 2006, y finalizó el 10 de octubre de ese mismo año.
El proceso de elaboración de este vino, aunque tradicional, se ha completado con tecnología propia de esta bodega, que han aportado al caldo un perfil moderno.
Por otro lado, se percibe una elaboración orientada a conservar sus características naturales; por lo que sí se presentaron ciertos precipitados, salvables con su decantación.
En cuanto a su composición, es un 85% de Tinta Fina; completada con un 15% de Cabernet Sauvignon.
Se trata de un vino fermentado a 29ºC, y con una maceración de 20 días.
Posteriormente ha estado 14 meses en barrica de roble (un 60% del Caucaso y un 40% francés) Posteriormente se ha completado con 5 meses en conos de roble francés de Nevers; según la información proporcionada por el responsable, Angel Luis Margüello.
En cuanto a los aspectos de la cata que yo destacaría; hallo los siguientes:

El color se aprecia rojo rubí con ribetes iodados intensos. El vino presenta capa media; con un buen cuerpo y perfectamente limpio.
Los aromas son complejos. De entrada desprende fruta, selváticos y algo florales. Con la oxigenación en copa se transforman en aromas más potentes. Esto confiere al vino una personalidad única.
El tanino es bondadoso y agradable; formando un matrimonio entre la madera y el vino muy destacable.
Se aprecian coco, vainilla, frutos secos y algo de canela.
El final es aterciopelado; y de largo postgusto.
Un vino muy digno; y de alta calidad.
Un maridaje perfecto con la magistral paella, convirtieron a esta cata en un buen momento.
Hasta pronto; vinísimos.

martes, 18 de agosto de 2009

LA TRIBU


Aunque la ocasión, en aquella noche del 14 de agosto de 2009, y justamente 9 años después; hubiera valido un vino espectacular, hubimos de conformarnos con las referencias del local; adaptadas al menú; y bebimos este caldo, que, dentro de sus posibilidades, no fue del todo mal compañero.



Acompañando a una ensalada templada de queso de cabra con bacon y vinagreta de miel (acompaña al vino en la foto); a un plato de pasta fresca rellena con salsa de funghi; y a una deliciosa pizza finísima estilo diavolo; tomamos este "La Tribu", cosecha 2008.

Se trata de un tinto de las variedades Monastrell y Syrah; de las Bodegas El Angosto de Ontinyent, dentro de la D.O Valencia. Su graduación es de 14%; y el coupage de variedades nos da todo el sabor de un vino joven pero de uva madura.

Se trata de un vino de corte moderno, elaborado en la Finca Santa Rosa de Ontinyent.

Únicamente dos meses de barrica y el coupage tan mediterráneo que lo compone; nos da como resultado un vino frutoso, redondo y muy fresco.


Color picota de capa alta.

En nariz evoca a especias y a frutas del bosque.

En boca tiene un paso ligero, con una equilibrada buena acidez, y unos taninos dulces y de buen cuerpo.

Llama la atención el retorno de la fruta en el retrogusto.


Un vino bien estructurado, y con una buena relación calidad-precio; que evoca a una de esas largas noches mediterraneas de verano. Una de esas noches como la del 14 de agosto. Bueno, realmente, como esa, no hay ninguna.

Felicidades, corazón


lunes, 10 de agosto de 2009

MARQUES DE MURRIETA YGAY RESERVA 1994


Comento a continuación la cata de este vino, al que me invitó el clásico; y que es a su vez un clásico en la clásica Rioja.



Un reserva de 15 años, a la altura de lo que se esperaba de él, y prácticamente en un excelente estado de conservación para su toma, a falta de algún pequeño matiz de expresividad que quizá, un mayor tiempo de oxigenación, habría revelado.

Hablar de las Bodegas Marques de Murrieta (desde 1852 a la vanguardia del vino), así como de la maravillosa Finca Ygay situada en Rioja Alta (es una de las extensiones vinícolas que más me han impresionado en la zona de Rioja) sería dedicar párrafos y párrafos y no acabar. Lo dicho: un clásico entre los clásicos.

Se trata de un excelente caldo de 14%; elaborado básicamente con tempranillo, aunque con unos pequeños componentes de garnacha tinta y mazuelo.


Y al pasar a comentar su cata, hay que tener en cuenta que hablamos de un reserva de 1994; con todo lo que ello puede influir.

Si ir más lejos, en el color. Cereza, con borde atejado; capa media; y un espejo limpio a pesar del tiempo.

Llamativo: la lágrima, fina; no tinta la copa.

En nariz su intensidad es media; y evoca al cuero; y a la pimienta; sobre un claro respaldo de madera.

El paso por la boca es bueno; y denota su solera; sin dejar por ello de tener un post-gusto largo y frutal a su vez; donde la madera nos sigue acompañando hasta su desvanecimiento.

Otro clásico al que nos invita el clásico.

Después de esto... ¿Qué se podía tomar?

Pues cambio de tercio; pero sin desmerecer: nos pasamos a un Dehesa de la Jara de Alejandro Fernández de 2004. Así, pudimos olvidarnos del Murrieta, y que la melancolía no nos invadiera demasiado.


Hasta pronto, vinísimos.

lunes, 3 de agosto de 2009

HOYA DE CADENAS RESERVA 2004


Sigo explotando a mi fotógrafa oficial; y de nuevo, con ella compartí este caldo; que tantas veces hemos tomado en sus diversas añadas, pero que nunca me había animado a comentar.


Se trata del Hoya de Cadenas Reserva Tempranillo 2004. Como sabéis, pertenece a las bodegas de Vicente Gandía; cuya base está en Chiva; pero en este caso a la finca Hoya de Cadenas; incardinada en la D.O Utiel-Requena; y que justamente hace unos meses, pudimos visitar con Loles y Javi.


La finca Hoya de Cadenas es un paraíso ecológico, con un clima y un suelo perfectos para la elaboración de buenos vinos. Además, vinos que ya poseen una cierta historia y reconocimiento dentro del ámbito de los emergentes vinos valencianos.

Se trata de un monovarietal de tempranillo, criado posteriormente durante 12 meses en barrica, y elaborado en la propia finca antes mencionada. Y antes de nada destacaría la excepcional relación calidad-precio de este caldo. Es más, pienso que es un vino que debería hacerse valer más. Pero esa no es cuestión mía.

¿Qué destacaría yo de él?

Pues en primer lugar un color guinda picota muy intenso. Es clarísimamente perceptible.

Por lo que al aroma se refiere, es de intensidad correcta, con sensaciones de madera tostada en primer plano, que ocultan casi completamente las notas frutales. Pero ello es sólo un espejismo.

Porque en boca es de cuerpo medio, con acidez correcta, fresco, sencillo, con fruta la suficiente ; y un final discreto y elegante.

Su graduación es de 12,5%.

No se puede pedir más por cuatro euros. Lo aconsejo.

Y como todo en la vida, y más en el mundo del vino; para gustos colores. Habrá quién se tomará agusto esté vino con una carne o un plato de pasta combinada. Nosotros, sin embargo, lo disfrutamos a tope con el arroz al horno que yo mismo elaboré, y cuya fotografía quiero compartir con vosotros.

Por cierto: que la fotografía del vino en el jardín, es de las que molan. ¡Enhorabuena, Inma! Voy a tener que subirte el sueldo.


Hasta pronto, vinísimos.








GRAN FEUDO RESERVA 2003


Me invitó Inma a este vino que compartimos los dos; y que paso a comentar. Además, me sugirió ella misma que las fotos de los vinos sean reales; es decir, hechas a la botella catada el día de la cata, y no buscadas como imágenes de sus etiquetas. Y como me pareció bien, la he incorporado al proyecto como "fotógrafa" oficial de las catas. Así que, ¡bienvenida!



El Gran Feudo Reserva de 2003 es un vino de las históricas bodegas Julián Chivite, de la D.O Navarra. Las bodegas están situadas en Cintruénigo; y pertenecen a una familia que produce vino desde el año 1647, transmitiendo siempre esta tradición de padres a hijos. Es por tanto una bodega española histórica (hablamos de más de 350 años de andadura) y como tal, y antes de su cata, ya merece todo nuestro respeto y admiración.



El vino en cuestión ha sido elaborado a partir de un coupage de uvas Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot; que proceden de los viñedos que la familia Chivite posee en Marcilla y Aberín.



Es pues un vino basado en la tradicional tempranillo navarra, pero complementado con la Cabernet y la Merlot; que han dado a este caldo una mayor estructura y, desde mi punto de vista, una clarísima mejora en el envejecimiento.



El vino ha sido envejecido en barricas de roble francés y americano; parcialmente nuevas, durante 18 meses; y creo que ello le ha aportado una armoniosa maduración; que no ha desvirtuado, como el propio bodeguero nos indica, sus virtudes originales.



La graduación es de 13%.



En cuanto a los aspectos subjetivos de la cata; por mi parte indicaría que posee un color rojo rubí de intensidad alta, con tonos teja que denotan su maduración.


En nariz posee un intenso y persistente bouquet, especiado, con un toque del roble en el que ha madurado el vino.


En boca posee mucho cuerpo y buen balance. Paladar complejo, con excelentes notas de roble.


Tiene un agradable e intenso final que hace justicia a su edad y origen.



Creo que es una opción a tener en cuenta a la hora de tomar un vino no excesivamente caro; muy aceptable; y alto representante de los caldos navarros. Especialmente si lo acompañas, como nosotros, con carnes, que fijan un maridaje perfecto.


A seguir, vinísimos.