En varias ocasiones os hemos hablado de los Vinos de Bodegas Viñas del
Cabriel, de La Pesquera, en Cuenca, y de su altísima calidad, su proyección y sus altísimas
puntuaciones en VINISIMO. Esta bodega ya no es ninguna desconocida para los miles de seguidores de VINISIMO, al habernos dado a conocer sus siempre exitosos vinos, hechos desde un concepto de vino de autor y de mimo al producto, que son su seña de identidad.
Hoy quiero
presentaros la cata de los nuevos vinos de esta Bodega, que sustituyen a
añadas anteriores, y que aportan unos nuevos matices y una vocación clara de seguir avanzando en la búsqueda de la excelencia
Renovatium crianza 2012 |
Por un lado tenemos el Renovatium crianza 2012. Se trata de un vino criado en madera; formado por un coupage de las variedades Syrah y Tempranillo, que tan bien se trabajan en esta bodega.
Pasando a los aspectos subjetivos de la cata; a la vista, es de color cereza, con destellos amoratados.
En nariz es muy completo y agradable; intenso, y con variedad de toques especiados. Aroma elegante; y clara percepción, a tiempo, de la base frutal y floral que lo caracterizan.
En boca es un vino potente y equilibrado, untuoso, y con una evidente carnosidad. Su pase es recio, y descubrimos en él una perfecta integración entre fruta y madera.
Tiene un largo recorrido; y envuelve el paladar de forma persistente, pero agradable.
En resumen: un vino sencillo de tomar, pero muy completo, al que hemos otorgado 96 puntos VINISIMO, nada más y nada menos. Un grande entre los grandes.
Renovatium El principio de todo 2014 |
Por otro lado hemos podido disfrutar de la cata del tinto Renovatium "El principio de todo", de la añada 2014. Un roble, joven; que combina las variedades Bobal y Tempranillo, y que ha pasado dos meses por la barrica; asumiendo ese cuerpo justo necesario para configurarse como un vino completo, sin perder su frescura y jovialidad. Se ha seguido la tendencia de añadas anteriores de sus predecesores, en cuanto a la combinación de una marcada personalidad con un carácter, pues, ligeramente frutal.
A destacar de su cata, pues, el claro color picota que nos regala, con un brillo intenso y jovial, y una clarísima elegancia visual.
Al olfato, vence. Es muy expresivo; con levísimos toques tostados, y una amalgama de sensaciones frescas y marinas. Incluso podríamos hablar de una ligera evocación a chocolate, según fases.
En boca es agradable, carnoso, juvenil y untuoso a la vez. Invita a una continua ingesta, y no defrauda en ninguna de su fases. La fruta no se pierde; ni el sentido de "buen vino", en toda su extensión. Agradaría quizá un poco más de prolongación en el post-gusto, pero su recorrido es más que adecuado. Una joya de joven barrica, con 94 puntos VINISIMO, consiguiendo otro galardón de "grande entre los grandes"
Así pues, Juan Alberto y Txema lo han vuelto a hacer. Acaban de colocarnos, como quien no quiere la cosa, dos nuevos grandes entre los grandes, con una estupendísima relación calidad-precio; y como quien dijera, "sin despeinarse". Aunque el que entienda algo de esto sabrá apreciar el buen hacer y trabajo que hay detrás de estos caldos.
Una vez más, ¡enhorabuena!
Vicente Montesinos
VINISIMO