Como ya os he contado en otras ocasiones, ya hace años que conocí a Alejandro Fernández y sus tintos PESQUERA. Los conocí gracias a mi suegro, que siempre ha abierto una de estas botellas (o más de una) en las buenas ocasiones. Y desde entonces los hemos catado todos: crianzas, reservas, grandes reservas; cosechas de 1996, 1999, 2001; etc...
Esta Navidad no fue una excepción; y quise compartir uno de estos vinos con la familia.
Los Pesquera son vinos casi inmejorables. Son grandes entre los grandes. Se trata, como saben, de caldos de las Bodegas Alejandro Fernández Tinto Pesquera S.L, ubicadas en la localidad de Pesquera de Duero, en la D.O Ribera del Duero. Os confieso que cuando llegué a esa bodega por primera vez quedé sobrecogido al estar bajo el monumento que decora en vidrio cada una de sus botellas. Creo que ya os lo he contado alguna vez, a raíz del post sobre algún otro vino de Alejandro Fernández.
Este excepcional vino, está hecho con una 100% tempranillo; la uva talismán de Alejandro Fernández; con la que realiza todos sus caldos, desde los Pesquera y Condado de Haza, pasando por el zamorano Dehesa La Granja; y hasta su manchego El Vínculo.
En cuanto a la graduación es de 13%; y en cuanto a la elaboración, ha estado 18 meses en barricas de roble.
Si pasamos a la cata; observamos como a la vista es de un color rubí con ribetes de teja, expresándose con algo de brillo.
En nariz, se percibe de entrada un primer toque de madera nueva; y una continuidad de fruta negra, mezclada con algo de cuero.
En boca, es otra historia: notas minerales, perfecta combinación fruta-madera, con notas torrefactas; y mayor salida del cuero. Acabado redondo, y persistencia media; suficiente, sin cansar.
Definición más acertada desde mi punto de vista: equilibrio.
Aunque... ¿Saben lo que diría el grande de Alejandro Fernández al hacer la cata de este vino?... Está bueno. Sí. Eso y nada más. Es la grandeza y la sencillez de los número uno.
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