lunes, 3 de mayo de 2010

Tinto SVMMA VARIETALIS 2004: 92 puntos vinísimo


Dos meses sin poder subir catas al blog, por circunstancias a las que la vida nos lleva, y a donde no quisiéramos ir; no han servido, sin embargo, ni para frenar este blog, ni para dejar de catar (en breve subiremos el listado de las catas de marzo y abril)


Hemos catado muchas referencias, y muchas de ellas merecen mención extensa (Protos; Alcusses; Araco; Zabrin; Paternina; Maset de Lleó; Pago de los Balageses; Pesquera; etc.…); pero habrá que elegir alguna.


Y hoy elijo el Suma Varietalis 2004.


Hacía mucho tiempo que no tomaba este vino; y por tanto, no había probado esta añada. Dani lo ofreció, y lo bebimos gustosos; evocando viejos placeres y descubriendo nuevos matices.


El Suma Varietalis es un vino tinto con crianza, producido por el Marqués de Griñón; en ese pago único y con mérito alcanzado que es el Dominio de Valdepusa.


Se trata de un coupage fantástico de Cabernet Sauvignon; Syrah y Petit Verdot. Tres uvas foráneas perfectamente ensambladas, y con el toque de personalidad que ha conferido a este pago esa distinción tan soñada de una denominación propia. Tres uvas, además, que, en esa combinación son difíciles de encontrar en España; menos con ese grado de crianza; y menos aún conteniendo la estimulante Petit Verdot. Un regalo para los sentidos.


La palabra latina ‘summa’ significa, a la vez, suma y compendio. Mezcla, pues; suma de sensaciones; y de esas míticas variedades a las que hacíamos referencia.


Griñón informa de que la vendimia es manual, con una maceración prolongada (entre 4 y 5 semanas) y crianza en barricas de roble francés Nevers (75%) y Allier (25%) nuevas y seminuevas.


Un homenaje a la excelencia en la viticultura, y a la elaboración de vinos de pago.


Y pasando a los aspectos subjetivos de esta cata; a la vista a preciamos un color rojo granate intenso. Nariz sugerente que llama a descubrir su potencial.


En nariz es un cambalache de sensaciones: balsámicos; cacao; madera muy fina; y algo de especias; acompañan a la fruta del bosque. No deja de aparecer también un leve perfume a cuero y flores.


En boca: amplitud. Esa es su palabra. Equilibrado y elegante. Y envoltura en un sedoso tacto. Ligera dulzor, y buena acidez lo completan


Y en cuanto al postgusto; final que incita a seguir bebiendo y deja un grato recuerdo.


Una maravilla que sólo puede ser calificado como un grande entre los grandes. ¡Esta vez sí, eh Dani! Le he otorgado 92 puntos vinísimo.

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