viernes, 21 de agosto de 2009

Tinto PradoRey Crianza 2006



Unos posts más abajo fotografiábamos la cata del PradoRey 2007 seis meses en barrica. En la misma ocasión catamos este vino, hermano mayor, que trajo Vicente, y que degustamos con una auténtica paella valenciana hecha a leña, como Dios manda. La cata conjunta de ambos caldos y su comparativa, así como el maridaje con la paella, fue una agradable experiencia eno-gastronómica. Aquí os dejo foto del caldo y el plato en cuestión.
Se trata del PradoRey Crianza de 2006, edición limitada también a 37.000 botellas, como el Tinto 2007.
Pertenece al Real Sitio de Ventosilla, de la localidad de Gumiel de Mercado; en Burgos, y dentro de la D.O Ribera del Duero.
La graduación es de 13,5 %.
La vendimia comenzó el 16 de septiembre de 2006, y finalizó el 10 de octubre de ese mismo año.
El proceso de elaboración de este vino, aunque tradicional, se ha completado con tecnología propia de esta bodega, que han aportado al caldo un perfil moderno.
Por otro lado, se percibe una elaboración orientada a conservar sus características naturales; por lo que sí se presentaron ciertos precipitados, salvables con su decantación.
En cuanto a su composición, es un 85% de Tinta Fina; completada con un 15% de Cabernet Sauvignon.
Se trata de un vino fermentado a 29ºC, y con una maceración de 20 días.
Posteriormente ha estado 14 meses en barrica de roble (un 60% del Caucaso y un 40% francés) Posteriormente se ha completado con 5 meses en conos de roble francés de Nevers; según la información proporcionada por el responsable, Angel Luis Margüello.
En cuanto a los aspectos de la cata que yo destacaría; hallo los siguientes:

El color se aprecia rojo rubí con ribetes iodados intensos. El vino presenta capa media; con un buen cuerpo y perfectamente limpio.
Los aromas son complejos. De entrada desprende fruta, selváticos y algo florales. Con la oxigenación en copa se transforman en aromas más potentes. Esto confiere al vino una personalidad única.
El tanino es bondadoso y agradable; formando un matrimonio entre la madera y el vino muy destacable.
Se aprecian coco, vainilla, frutos secos y algo de canela.
El final es aterciopelado; y de largo postgusto.
Un vino muy digno; y de alta calidad.
Un maridaje perfecto con la magistral paella, convirtieron a esta cata en un buen momento.
Hasta pronto; vinísimos.

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