Otro de los grandes entre los grandes de este verano. Sin duda.
Hablar de Muga ya es de por sí garantía de calidad. Estas clásicas Bodegas atesoran algunos de los mejores caldos finos de Rioja; además de una de las más bellas instalaciones vinícolas en el Barrio de La Estación de Haro.
Siempre que he ido a visitarlos me han tratado estupendamente; siempre hemos disfrutado de sus instalaciones y de su amabilidad; y siempre, además, hemos podido participar en extensas e interesantes catas en su sala noble.
Son muchos los vinos de Muga (todo un clásico) de los que podríamos hablar; pero en esta ocasión, disfrutamos de uno de los grandes. Torre Muga. Sí; ese vino que lleva el nombre de esa Torre emblemática que divisamos cuando venimos desde Labastida entre viñedos; y que, si entramos por Haro marca el fin del pueblo, el enclave de la milla de oro del vino español, y esta inconfundible Bodega. Esa torre que siempre llevo en mi retina como asociada al mejor vino.
En este caso además se trata del Reserva de 1996; que fue una añada Muy Buena; y que, ciertamente, así se nos muestra.
Una delicia. Sobre todo porque se trata de uno de esos vinos escogidos, que sólo salen cuando pueden salir. ¿Se entiende, no? ¿Qué mayor garantía cabe?
Realmente es un caldo que expresa toda una larga tradición en la crianza de vinos finos de Rioja y que, sinceramente, pienso que pueda ser el que mejor muestre el carácter de esta prestigiosa firma.
Los viñedos están enclavados en las faldas de los Montes Obarenes, en la zona mas septentrional de Rioja, en el Valle de los ríos Oja y Tirón.
Atendiendo a los datos que nos ha proporcionado Isaac Muga; la composición del caldo es de un 75% de Tempranillo; un 15% de Mazuelo; y un 10% de Graciano.
En cuanto a su crianza, fue de 6 meses en depósitos de roble; y 18 meses en barricas nuevas de roble francés y americano. La fermentación se produjo de forma natural y espontánea; y la uva fermentó siempre sin control de temperaturas ni adición de levaduras.
Tras la crianza se realizó una ligera clarificación con clara de huevo fresco.
Hablar de su cata es evocar un momento sublime.
A la vista, rojo picota intenso; con ribetes granates.
En la nariz; se trata de un vino en el que destacan de forma muy armónica los tonos tostados, junto con los de fruta; mientras que no dejan de emerger los destellos elegantes del roble.
En boca: atrayente. Esa sería la palabra que lo define. Carnoso; muy equilibrado, y vivo, muy vivo.
Este reserva es un verdadero ejemplo del buen hacer de Bodegas Muga. Es una oda al arte, entendido como el respeto a la tradición vinícola más pura; sin renunciar a los nuevos conocimientos.
No en vano hemos disfrutado de un vino que, en esta añada concreta, tuvo, entre otros, los siguientes reconocimientos:
- 92 puntos en el Wine Spectator.
- 92 puntos de Robert Parker
- Decanter: Lo publica como uno de las 50 mejores compras en todo el mundo.
- etc, etc, etc...
¿Es o no es uno de los "grande entre los grandes"? Si lográis probarlo me lo decís. Pero creo que con lo que os he contado, os podéis hacer una idea.
¡Hasta pronto, vinísimos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario