martes, 29 de diciembre de 2009

Tinto MALPASO 2005


Antes del Pesquera, elegí este vino como el primero para la cena de Nochebuena. Es un vino moderno y elegante; de altísima calidad, y de matices muy originales. Completo y satisfactorio.


El Malpaso es un vino tinto con crianza de la pequeña y coqueta D.O Méntrida, elaborado por las Bodegas Canopy; y con una graduación de 14,5%.


En cuanto a la composición varietal, está hecho con un 80% de Syrah y un 20% de Garnacha. Una espectacular mezcla, que confiere fuerza a la Syrah y elegancia a la Garnacha. Un perfecto complemento.


Es un vino que desde el primer día en que lo probé siempre me ha evocado a esos vinos de uva negra madura, con ligera crianza y buen paso en boca, redondez y equlibrio, que tan bien se han trabajado, por ejemplo, en la D.O Valencia.


Así pues; con unos entrantes a base de jamón, sabrosas ensaladas, embuchados, ajoarriero casero, quesos, y algo de marisco; nos dispusimos a darle cuenta, tras una previa oxigenación, y cata viuda; y no defraudó.


A la vista, es de un color picota; con borde violáceo, y lágrima con claro tinte.


En nariz es muy intenso, con un aroma penetrante a frutos rojos maduros (cereza, frambuesa...), y con notas florales (rosa, violeta...) El fondo destila tostados y finas esencias lácteas.


En boca es sabroso, con notas torrefactadas, junto con flores y fruta roja.


Persistente. Goloso. Un buen vino.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

En NAVIDAD, si bebes, hazlo bien...

Foto tomada en el Restaurante Casa Román, de Pinedo, el 3 de enero de 2010


Llega la Navidad; y se repiten las miles de tradiciones de las que todo el mundo participa, porqué sí (qué ese es otro debate, el de qué celebra quien no tiene nada que celebrar; pero excede del ámbito de este blog)




Entre esa larga lista de costumbres repetidas, hallamos, en nuestra querida España, la de beber y regalar vino.




En Navidad, incluso quien vive todo el año ajeno a este placer de dioses, consume, compra y recibe. Y así la gente ve desfilar por delante de sus narices vinos de todo tipo; que asume sin contemplaciones, como si todas las botellas fueran iguales.




Y empiezan las barbaridades. Y ya no hablo de los maridajes y progresiones (a los que nos estamos refiriendo en otros artículos de este blog). No. Hablo de otras cosas más elementales (y sangrantes)






En muchos hogares españoles no se tienen en cuenta ni modos de apertura de botellas, ni temperaturas apropiadas; ni decantados, a veces inexcusables.






Se da cuenta de aquella botella que nos regaló no se quién, ó de aquella otra que venía incluída en la caja de Navidad; y ya está. Sin mirar más. Beber por beber. Y eso puede estar bien para ciertas bebidas y según las intenciones de cada cual (allá él); pero no con el vino.






Beber vino no es un simple dispendio gastronómico.




Es arte.




Es placer y disfrute sensorial.




Y es, sobre todo, un lujo a nuestro alcance.




Hacerlo bien o mal, es cosa nuestra.






Y dicho esto, con toda la sinceridad que me cabe, y con todo el cariño del mundo; aprovecho para desearos a todos los VINISIMOS del mundo una FELIZ y ENOLÓGICA NAVIDAD.

viernes, 18 de diciembre de 2009

TINTO MORFEO CEPAS VIEJAS 2005






Hace unos días disfrutamos de una de esas inolvidables comidas en el Restaurante L'Almagran, de Rafelbunyol, donde, como siempre, Higinio y su equipo nos regalaron los sentidos con un nivel más que aceptable.



Los detalles culinarios son inacabables: ese humus o papas "aliña" cortesía de la casa; esos entrantes de carpaccio, foie y otras delicias de una altísima calidad; y esos platos, tan generosos como bien cocinados; que hicieron nuestras delicias.


Las chicas optaron por el espectacular secreto ibérico; o por la Magret; ambos muy satisfactorios.


Y para los chicos, como no podía ser de otra forma, esos Chuletones con mezclum; de los que dimos buena cuenta, a pesar de sus dimensiones considerables.


Y es que la terneza, el sabor y el buen preparado de esta carne, la convierten en uno de los mejores Chuletones que he probado (y doy fe de que no han sido pocos; ni en pocos lugares de España)



Aunque podríamos extendernos sin cesar en el trato, el ambiente, el local, y los platos; vamos a pasar al objetivo de este artículo, que es comentar algo sobre la bodega, y detenernos en la cata de un vino.


Higinio es un tipo que cuida el vino, y eso sólo, ya es de agradecer: las copas, las temperaturas, los maridajes, la progresión de una botella a otra...; le gustan, como a nosotros, estas cosas, y las hace bien. Además es un placer para quienes nos dedicamos a esto, seguir descubriendo algún vino nuevo cada vez. No es fácil, y en Almagrán, siempre se consigue.


En esta comida, y en perfecto maridaje con cada uno de los pasos de la misma, tomamos los siguientes caldos: un Cerro Bercial Reserva de 2001 de Utiel-Requena; un Morfeo Cepas Viejas 2005 de Toro; y un Onomástica Reserva 2004 de Rioja.


Tres sensacionales vinos, de los cuales, me quedo, por su originalidad, y por las notas que aportó a la cata, con el Morfeo.



Y sobre él vamos a realizar el comentario de cata.



El Morfeo Cepas Viejas 2005 es un vino de la D.O Toro; elaborado por las Bodegas Terna; con una graduación de 14%, y elaborado 100% con la Tinta de Toro.



Y lo mejor de este caldo: que es uno de esos que crecen en la copa, paso a paso, conversación a conversación.



En cuanto a la información que hemos podido conseguir de él; se trata de un caldo elaborado con uva de viñedos de entre 80 y 120 años de antiguedad. De ahí su nombre de cepas viejas. Y de ahí un dato muy importante: las vides son 100% prefiloxéricas.



En cuanto a su elaboración y crianza; la vendimia es manual. La fermentación tiene lugar en barricas nuevas de roble francés, y permanece hasta 20 meses en barricas de 300 litros. Después, se procede a su clarificación, seguida del embotellado y un período mínimo de reposo de 4 meses en bodega.



Todo ello es información proporcionada por la bodega; y todo ello ha de dar, necesariamente, un buen resultado.



Así, las notas subjetivas de la cata que os propongo, son las siguientes:


A la vista, se trata de un vino de color picota con ribetes granates, en el que llama la atención una lágrima del todo lenta.

En la fase olfativa, los aromas son de fruta negra madura, ahumados, y torrefactos. Algo de caramelo.

En boca es carnoso,frutoso, y con un largo postgusto de fruta madura; incluso con algún toque de regaliz.

Y sobretodo, un postgusto, como indicábamos, larguísimo.

Un muy buena elección. Gracias, Higinio.








miércoles, 9 de diciembre de 2009

El maravilloso mundo del maridaje


El tema del maridaje siempre ha sido muy sugerente, pero a la vez ha dado para muchas opiniones, que se han querido convertir en dogmas, y para muchos tópicos, que día a día la realidad de los vinos ha ido desmontando.





Hasta hace poco, e incluso hoy, para la mayoría de la gente, ha sido muy sencillo: para la carne tinto, y blanco para el pescado.





Nada más lejos de la realidad; ya que esta afirmación, válida en algunos casos, no deja de ser, cuanto menos, incompleta en muchos otros.





Hay que tener en cuenta dos factores, que suelen desdeñarse: por una parte, la variedad de uva, y por otra, la forma en que el plato en cuestión ha sido cocinado.





Y una última verdad: en cuestión de maridajes no hay verdades absolutas. En definitiva, al final es una cuestión de gustos, y sobre estos, ya se sabe: no hay nada escrito. Lo único que podemos hacer, y es lo que pretendo con este artículo, es transmitir nuestras opiniones. Ustedes pueden cogerlas..., o no. Ahí está la grandeza, una vez más, del mundo del vino. Y en revisar ciertos tópicos, caducos, y limitadores.





Si hablamos de carnes rojas, hay una cosa clara: el tinto es imprescindible (algún osado sumiller aconseja un blanco con barrica para la ternera, pero yo, he de reconocerlo, no llego a tanto) Si atendemos a un chuletón de buey, o hasta un solomillo; podemos sin complejos descorchar uno de los grandes vinos de crianza o reserva (Rioja, Ribera, Somontano...) Eso sí: que sea un vino, independientemente de la variedad de uva, robusto y potente. Y que la guarnición sea, en este caso, ligera y sencilla.


Si atendemos al cordero al horno, hay variedades que le son más propicias (tempranillo, o garnacha, básicamente) ¿Porqué? Por el aroma especiado de este tipo de uvas. Y en ese sentido, me rindo a una novedad a la que era reacio. No rechacen de entrada una Syrah bien elaborada (sin excesivo dulzor, pero especiada) Hace unos días, sin ir más lejos, en el excelente Restaurante Miguel Ángel de Guadalajara (recomendado Michelín 2007, 2008 y 2009), para un Cordero Lechal Asado con panaderas, tomé un Tierra Rubia Syrah (de Mondéjar); y no fue nada mal la experiencia.



Para el sufrido pollo, también hay ideas. Es muy versátil, y nos permite distintos tipos de vino, aunque otros no le van en absoluto. Por ejemplo: pollo con tomate exigiría un vino estructurado (no demasiado ligero), pero sin ser en exceso robusto. Un tempranillo con algo de roble, sin llegar a ser crianza, le iría muy bien. Además, hoy se están haciendo muchos vinos de este estilo (a caballo entre los jóvenes y los crianzas) y son un gran valor para quienes sin ser amantes de la madera profunda, gustan que el caldo tenga algo de cuerpo y no sea en exceso ligero.


¿Y un pollo más especiado y guisado? Pues sin complejos podría abrir un reserva. Sí, sí. Un reserva para el pollo. Eso sí: en este caso dejaría de lado la tempranillo y la garnacha, y me iría a un merlot o un cabernet sauvignon. No les defraudará.


Y aunque no sea santo de mi devoción este tipo de combinación, debería de aceptar hasta un blanco para el pollo al limón, que en este caso, dados sus aromas cítricos, casaría bien con un Chardonnay. Reconozco que no es una barbaridad, y abro el abanico para quien quiera probarlo. Eso sí: yo me quedo con un tinto joven con frescura y una adecuada acidez.



En cuanto al pescado, entramos aquí en un controvertido tema. Y es que, desde mi punto de vista, el pescado no requiere necesariamente un vino blanco. Yo de hecho jamás tomaría un blanco con un salmón con guarnición; sino un tinto joven y frutal. Sin embargo sí que reconocería que el blanco es el mejor compañero de pescados blancos y de mariscos. Y aquí hemos de valorar también si conviene el blanco joven, o con algo de barrica (como podría ser el caso de una merluza rellena y con alguna salsa especiada, con un sauvignon blanc fermentado en barrica); a la vez que estudiamos que variedad le puede ser más adecuada (para el pescadito frito le vendría bien una Palomino; mientras que sepias o mejillones casarían muy bien con verdejos o albariños) Como veis, este mundo es inacabable.


Fíjense: si a un rodaballo, una lubina o un besugo les acompañaría bien un blanco con crianza (dado su intenso sabor); yo no dejaría de tomarlo con un joven tinto monastrell (so pena de ser criticadísimo por ello)


Y no les digo ya un bacalao a la vizcaína: lo he tomado con un Protos roble. Inmejorable.


Por último no quisiera dejar de hablar de la pasta: lo determinante; la salsa. A la boloñesa le va bien un roble de 5 ó 6 meses de barrica; mientras que salsas de verduras piden un tinto joven. Las pastas con mozzarella, y orégano, que no lleven nada más, pueden incluso reclamar un rosado.


¿Y la salsa al pesto? Pues de nuevo voy a crear polémica: frente a los que apuestan por un blanco con crianza; yo, que no lo desdeño, les digo... ¿Qué me dirían de un tinto bobal? Pues les aseguro que esa combinación puede crear escuela.


A la pasta con mejillones o mariscos, sin embargo, le pondría como compañero un blanco macabeo muy frutal; o mejor, para mí, un champagne.



Y así, hasta cientos y cientos de combinaciones.

Y eso que dejo para otro artículo, porque merece un capítulo aparte, el tema de los quesos.



Así que ya ven: con este artículo creo que les he dejado claras dos cosas: la primera, que no hay dogmas de fe en el maridaje. Y la segunda: que no puedo esconder mi pasión por los tintos.



¡Qué se le va a hacer!



Eso sí: espero ahora sus opiniones, sus críticas, sus sugerencias y sus propuestas.



¡A seguir, vinísimos!









martes, 8 de diciembre de 2009

Demasiados vinos...


La verdad es que hace mes y medio que no subo ningún artículo a Vinísimo. Pero he de reconocer que el ritmo de catas y experiencias vinícolas que llevamos, es imposible de seguir a nivel literario.


Son tantas catas, tantos vinos, tantas notas, tanto que decir; que...; el tiempo se hace corto mientras que el cuaderno de experiencias enológicas crece sin parar.


Aquí dispongo de decenas de experiencias que me encantaría compartir con vosotros: el CVNE Reserva 2001; ese Vera de Estenas madurado en barrica del año 2008 con 5 variedades; el Artadi Club 2005 (le gusto al amigo Javi); el excepcional Montevannos de 2001; o el Arbol Blanco, de Dominio de Aranleón, de 2004; gentileza del amigo Marcos. Por no hablar de aquel Bardolino Classico de 2007; de tan amplios matices; o del Vega Tolosa Cepas Viejas que Dani sí repuso; y de tantos otros; que catamos, puntuamos, y disfrutamos.


Todo están a vuestra disposición, por si queréis saber más de ellos.


Sin ir más lejos durante estos días, y en marcos incomparables (como diría Plumilla); los Tierra Rubia de Mondejar; los Protos; los Sequiot; los Dehesa de la Granja (ay, Alejandro Fernández, cuanto nos regalas); o el hace un rato disfrutado Finca Valpiedra.


Experiencias y experiencias...


Vinísimo se prepara para crecer. Hemos de dar salida a tanto disfrute de los sentidos.


Seguidnos; amigos; porque esto no va a parar.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Tinto Enate Selección 2004




Catamos este vino el domingo; y quiero comentar los aspectos más relevantes del mismo.

Se trata del Tinto Enate Selección 2004, de las afamadas Bodegas Enate; una de las más relevantes firmas en la ya prestigiosa Denominación de Origen Somontano.

Es una selección del Club Vinoselección, como casi siempre, muy acertada.

Estas Bodegas se encuentran en el término de Salas Bajas; en la provincia de Huesca; y tienen ese toque pre-pirenaico en sus vinos que tanto define a esta denominación.

Siempre han realizado vinos de alta calidad; y al menos a mí nunca me han decepcionado. Además, incorporan a muchos de sus vinos (y este no es una excepción) un concepto artístico en las etiquetas, en las que han colaborado afamados artistas, y que los convierte en vinos también muy agradables en cuanto a su presentación.

Por lo que se refiere al vino que nos trae; está confeccionado con un 70% de Tempranillo y un 30% de Cabernet Sauvignon.

El vino tiene una crianza de 9 meses; y una graduación de 14%.

Lo servimos a una temperatura aproximada de 17%; y creo que fue ideal para apreciar todos sus matices.

En cuanto a la vista; destaca el color cereza; con ribetes azulados, y una intensidad media.

En la nariz preponderan los aromas a fruta roja; toques ligeros de especias y un recuerdo muy característico a cacao; que le otorga una especial sensibilidad.

Pasando a la boca; posee una muy equilibrada acidez; y es fresco, bien ensamblado con la madera; y quizá algo picante.


Como característica muy particular, quizá resaltar un ligero retronasal amargo; pero no molesto. Equilibrado.

Un buen vino.

domingo, 18 de octubre de 2009

Hoya de Cadenas Merlot 2008. Un vino de... ¡calidad!







Escoger un vino fresco, joven, alegre y de buen paso; pero a la vez con personalidad… Que intentase cautivar, pero sin avasallar. Que intentase acercar más almas al alma del vino. Ese era el reto para el encuentro con este grupo de buenas amigas (y amigo)

Si podía ser un vino valenciano, para empezar con algo de la tierra, mejor. Además, como siempre; pero más para ellos si cabe; el vino tenía que ser de… ¡CALIDAD!

Así es que eché mano de Vicente Gandia Plá; y dejando para otras ocasiones el clásico Reserva Especial de Tempranillo (del que ya hemos hablado otras veces en este blog), apostamos por el Hoya de Cadenas Merlot 2008.

De Gandia Plá y de su finca Hoya de Cadenas ya hemos hablado en otras ocasiones, incluso a raíz de las visitas a la misma. Sobre su buen hacer en el mundo del vino, así como de la capacidad que poseen para elaborar caldos de buena calidad a un precio más que razonable, no vamos a extendernos ahora.

Sí que vamos a hablar de este monovarietal, tan reciente como elegante, con el que comenzamos una agradable comida.

A todas estas chicas (y chico…) les quiero dedicar este post.

Hablamos de un vino como ya hemos indicado cien por cien merlot; con una graduación de 13%; elaborado con uvas de la finca Hoya de Cadenas, ubicada en el término de Utiel, y por tanto dentro del paraguas de la D.O Utiel-Requena.

Aprovechamos así para comentar que la variedad merlot es una de las más extendidas en el mundo entero, y hallamos cepas de merlot en todas las zonas elaboradoras de vino del planeta. Además es la principal variedad en la Saint-Émilion y Pomerol, y una de las principales (junto a la cabernet sauvignon) en el conjunto de las denominaciones de Burdeos.

En francés merlot es el nombre que se da a los pollitos de mirlo, quizás a causa de su bello color negro-azulado. También se conoce a la merlot con nombres locales como Bigney, Crabutet, Médoc Noir, y Merlau.






La merlot suele dar vinos con intensidad de color y frutosos. Vinos que, bien elaborados, (porque hemos encontrado de todo) son redondos, con cuerpo, equilibrados y con buena estructura.




Y en este caso así ha sido. Se trata de un vino de reciente creación, que experimenta ahora su aceptación en el mercado. Nosotros vamos a darle nuestro aprobado.




Así pues, pasando a comentar los aspectos subjetivos de la cata; podemos decir lo siguiente:




En primer lugar cabe destacar que se aprecia una ligerísima crianza en barrica. Imaginamos que se habrá realizado su vinificación en depósitos de acero inoxidable, para darle algunas semanas de barrica de un tostado medio, que permite elaborar vinos suaves y elegantes. No obstante, intentaremos contrastar este dato.




En cuanto a la vista, es de un color picota granate, con ligeros destellos violáceos.


Por lo que se refiere al aroma, destacan inmediatamente los frutos rojos. Es de nariz intensa, golosa, y con recuerdos balsámicos.


Pasando hablar del vino en boca, recuerda, esta vez sí en consonancia con la nariz, a moras y grosellas. Tiene buen ataque, con algo de cuerpo, pero frescor. La acidez es correcta, y tiene un muy buen desarrollo.




Un vino fresco y alegre, pero con cuerpo y buena estructura.










Un vino… ¡DE CALIDAD!

sábado, 10 de octubre de 2009

Tinto FINCA ELEZ Crianza 2004


Me alegré de probar este vino que trajo Valero, porque ya hacía algún tiempo que no cataba nada de Manuel Manzaneque, y desde las primeras catas de caldos de Finca Élez, siempre sentí debilidad por este original proyecto.

Y me alegro de subirlo justamente hoy, ya que, ahora que estoy intentando ampliar el círculo de enamorados del vino aún más si cabe; este caldo me viene que ni pintado, pues siendo un vino con personalidad y cuerpo, es a la vez un perfecto compañero para iniciarse en este bello camino.

Así que se lo dedico a Jairo (ya te tengo medio metido; sólo nos faltan catas…); y a Alicia (las casualidades no existen; y si caíste por aquí es por algo, así que antes o después sucumbirás también a los encantos del buen vino…).

¡Va por vosotros!

Manuel Manzaneque da nombre a sus vinos y bodega; la cual es la primera bodega que tiene una denominación de origen propia. Esto significa que su principal finca constituye, por sus características especiales, un Denominación de Origen exclusiva; lo cual son palabras mayores. Se trata de la D.O Finca Élez.

La Finca Élez se encuentra en El Bonillo (Albacete); y ha superado con éxito los estrictos criterios de la legislación para convertirse en la primera denominación exclusiva para un pago vitícola en España; ligada a unos viñedos que dan lugar a unos vinos de reconocida calidad y características cualitativas especiales.

Los vinos de pago son únicos y especiales, nacidos en bodegas y viñedos creados a modo de ´château`. Manuel Manzaneque ha sido el gran abanderado de los pagos en España.

Mucho podríamos hablar de este proyecto, pero no quiero extenderme más, por lo que pasaremos a comentar la cata de este vino en cuestión: el Tinto Finca Élez Crianza 2004.

Se trata de un caldo reconocido con prestigiosos galardones. Ha ganado por dos veces la medalla de plata en Vinalies (Paris); y posee una mención especial en la reconocida publicación Decanter.

Está elaborado con un coupage de Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo; y el ensamble de las variedades con la madera es del todo equilibrado. En cuanto a la graduación, es de 12,5%.

Atendiendo a los aspectos subjetivos de esta cata; podemos manifestar que:

1) A la vista es un rojo cereza; aunque evoluciona en el ribete hacia la teja.

2) En nariz aprecias de entrada la fruta madura; con aromas balsámicos que le otorgan cierto frescor. Es muy expresivo, y desarrolla por instantes aromas a cuero, azúcar tostado y quizá ciertas notas de romero. Complejo.

3) En boca es sabroso y maduro. De paso fácil, pero completo. Sorprendente recuerdo a regaliz. Equilibrado, y con taninos dulces. El paso en boca es goloso, y el postgusto largo y acaramelado.




Así pues, un vino de alta calidad, especialmente en relación a su precio. Paso fácil, pero muy bien estructurado, y con un componente de dulzor elegante que lo convierte en un buen caldo para iniciarse. Así que… ¡ya sabéis, recién llegados vinísimos! (y vinísimas)


sábado, 26 de septiembre de 2009

PRINCIPE DE SALINAS Monastrell 2004







Para esta fideuá hecha al aire libre por Inma (y sublime, por cierto), quería buscar un vino tinto, valenciano, mediterráneo, bueno, ligero y potente a la vez. Quería un buen vino para esa ocasión, lejos del tópico de los blancos.



La verdad es que no pude hacer mejor elección.

Príncipe de Salinas es un tinto clásico Monastrell de las Bodegas Gutiérrez de la Vega; estas entrañables, familiares y hospitalarias bodegas situadas en el pequeño pueblo de Parcent, en la D.O Alicante.

Recuero muy gratamente cuando los propios dueños de esta bodega nos acogieron y nos explicaron su particular forma de entender el mundo del vino; creando unos caldos exclusivos, limitados en su producción, y del todo originales.

Descubrir el Recóndita Armonía (tinto dulce) o el Casta Diva (cosecha miel) fue toda una experiencia.

Y en este monastrell tampoco se han quedado cortos.

Se trata de un vino de la cosecha de 2004, elaborado con Monastrell, y que, dentro de la política de diseño y dedicatorias de la casa, viene dedicado a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, con una bellísima pintura.

Hablamos de un 15% (nada más y nada menos) elaborado con esta variedad recogida al pie de la Sierra de Salinas, en el camino de Villena a Pinoso.

Definirlo: como dice el gran capitán de esta bodega, Felipe: "majestuoso, recio, amable y elegante". No se equivoca. Se paga caro, pero se paga bien.

Doce meses de roble le acaban de dar su toque único.

A la vista; granate picota, intenso; con borde de teja.

Al aroma: buena intensidad, con sensaciones de madera en primer plano, sobre fondo de fruta roja, y evocación a cueros y especies.

En boca es de acidez correcta, intenso, con buena fruta.

En definitiva; original, equilibrado, frutal, mediterráneo y potente. Monastrell.

Enhorabuena y gracias a Felipe Gutiérrez de la Vega. Ha creado otro grande. Volveremos sobre esta querida bodega.


Un abrazo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

TORRE MUGA Reserva 1996


Otro de los grandes entre los grandes de este verano. Sin duda.



Hablar de Muga ya es de por sí garantía de calidad. Estas clásicas Bodegas atesoran algunos de los mejores caldos finos de Rioja; además de una de las más bellas instalaciones vinícolas en el Barrio de La Estación de Haro.



Siempre que he ido a visitarlos me han tratado estupendamente; siempre hemos disfrutado de sus instalaciones y de su amabilidad; y siempre, además, hemos podido participar en extensas e interesantes catas en su sala noble.



Son muchos los vinos de Muga (todo un clásico) de los que podríamos hablar; pero en esta ocasión, disfrutamos de uno de los grandes. Torre Muga. Sí; ese vino que lleva el nombre de esa Torre emblemática que divisamos cuando venimos desde Labastida entre viñedos; y que, si entramos por Haro marca el fin del pueblo, el enclave de la milla de oro del vino español, y esta inconfundible Bodega. Esa torre que siempre llevo en mi retina como asociada al mejor vino.



En este caso además se trata del Reserva de 1996; que fue una añada Muy Buena; y que, ciertamente, así se nos muestra.



Una delicia. Sobre todo porque se trata de uno de esos vinos escogidos, que sólo salen cuando pueden salir. ¿Se entiende, no? ¿Qué mayor garantía cabe?



Realmente es un caldo que expresa toda una larga tradición en la crianza de vinos finos de Rioja y que, sinceramente, pienso que pueda ser el que mejor muestre el carácter de esta prestigiosa firma.


Los viñedos están enclavados en las faldas de los Montes Obarenes, en la zona mas septentrional de Rioja, en el Valle de los ríos Oja y Tirón.



Atendiendo a los datos que nos ha proporcionado Isaac Muga; la composición del caldo es de un 75% de Tempranillo; un 15% de Mazuelo; y un 10% de Graciano.



En cuanto a su crianza, fue de 6 meses en depósitos de roble; y 18 meses en barricas nuevas de roble francés y americano. La fermentación se produjo de forma natural y espontánea; y la uva fermentó siempre sin control de temperaturas ni adición de levaduras.

Tras la crianza se realizó una ligera clarificación con clara de huevo fresco.


Hablar de su cata es evocar un momento sublime.

A la vista, rojo picota intenso; con ribetes granates.

En la nariz; se trata de un vino en el que destacan de forma muy armónica los tonos tostados, junto con los de fruta; mientras que no dejan de emerger los destellos elegantes del roble.

En boca: atrayente. Esa sería la palabra que lo define. Carnoso; muy equilibrado, y vivo, muy vivo.

Este reserva es un verdadero ejemplo del buen hacer de Bodegas Muga. Es una oda al arte, entendido como el respeto a la tradición vinícola más pura; sin renunciar a los nuevos conocimientos.


No en vano hemos disfrutado de un vino que, en esta añada concreta, tuvo, entre otros, los siguientes reconocimientos:

- 92 puntos en el Wine Spectator.
- 92 puntos de Robert Parker
- Decanter: Lo publica como uno de las 50 mejores compras en todo el mundo.
- etc, etc, etc...


¿Es o no es uno de los "grande entre los grandes"? Si lográis probarlo me lo decís. Pero creo que con lo que os he contado, os podéis hacer una idea.


¡Hasta pronto, vinísimos!

viernes, 18 de septiembre de 2009

VIÑA ARDANZA RESERVA 1989 (Palabras mayores...)

En esta ocasión os paso foto únicamente de la etiqueta.
Es tan grande, que no quiero que os perdáis detalle.


“Ventilarse” esta botella son palabras mayores. Pero como dice el refrán, “la vida es demasiado corta para beber mal vino”. Así que, procedimos sin pudor. Y claro…; como siempre que lo hemos tomado: ¡un grande entre los grandes! Y más cuando hablamos de una añada de hace 20 años, que conserva (si no mejora) todas sus propiedades organolépticas. Un regalo para los sentidos… que hace perder el sentido.

Siempre he dicho que Viña Ardanza está, posiblemente, entre los tres mejores vinos de La Rioja (si es que no es el mejor) Y eso es mucho decir. Cada vez que lo tomo, me ratifico más en ello. Solo puedo elogiarlo.

Como sabéis se trata de un finísimo caldo de las Bodegas Rioja Alta; a la que tantas veces hemos subido, en el barrio de La Estación, de Haro, allá donde ya parte la carretera hacia Labastida, y finaliza la Rioja Alta para adentrarnos enseguida en la Alavesa; con parada obligatoria pues, para nosotros, en cada ocasión.

Los caldos de Rioja Alta nunca defraudan. Es más, siempre maravillan. Es una bodega con una historia de tres siglos enclavada en lo que ya bauticé en su día como “la milla de oro” del vino de España (que nunca me cansaré de recorrer); que nos ha regalado delicias como el Gran Reserva 890, el Gran Reserva 904, o el Viña Arana. Pero entre todos ellos, reconozco que este que ahora catamos es mi debilidad. Y aunque he tomado diversas añadas del mismo, reconozco no haber probado ninguno como el de 1989. Y eso que fue una cosecha Buena en Rioja. Quizá sólo el Excelente 1982 se le acerca, a mi gusto (quizá para otros lo supere) También recuerdo esa cata conjunta con Dani del de 1989 y el de 2000 (abuelo y nieto mano a mano) Y los primeros 1989 de hace años; en casa, o con Javi; cuando, bien puedo decirles, era un vino distinto.

En este caso; hablamos de un 70% de tempranillo, 25% de Garnacha; y un resto de Mazuelo y Graciano. Para quienes afirman que en Rioja no se han hecho buenos coupages. Inmejorable.

El Tempranillo procede de los viñedos de Cenicero y Fuenmayor.

Sin dejar de tener en cuenta que fueron 42 meses de crianza; en los cuales, según datos que nos ha proporcionado la bodega, se realizaron 7 trasiegas artesanales, embotellándose entre abril y mayo de 1994.

Así pues; trece grados, escondidos 20 años, y puestos al sol para nuestro deleite. Decantación amplia y larga. Sedimento propio de la edad, que neutralizamos con el decante. Oxigenación correspondiente en copa. Maridaje adecuado. Servicio a 17 grados.

Y…

A la vista, rojo cereza; tamizado a teja por la larga crianza en botella; pero con una estructura intacta.

En cuanto al aroma, se mantiene, increíblemente, fragante, compuesto, duradero. Es, según la mejor palabra que encuentro para definirlo, envolvente.

En boca es fuerte y vigoroso; pero con un persistente sabor que va haciéndose elegante y fino en el post-gusto. Esa evolución es mágica. Diríamos que se nota su potencia al primer sorbo; pero que el retrogusto se va haciendo largo y agradable. Increíble.

De esta forma; en resumen: color rojo cereza con ribete atejado, con decantación de dos horas. El vino se muestra algo enmaderado, aunque dándole su tiempo y trabajo en copa, extrae su lado frutal (cerezas, notas de ahumados y quizá, sorprendentemente, algo de lavanda)


Realmente es un grande entre los grandes. ¿Saben que? Se la puede jugar con el vino del mundo que quieran.

Mi esperanza… ¡aún me queda una botella de esta añada!

Debate: ¿guardarla como pieza única, o darle cuenta? Saben que soy de los que piensa que el vino está para beberlo. No hay mejor museo que una buena comida en compañía con un caldo de esta magnitud.

Así que… ¡si quieren que les invite…!

¡Hasta pronto, vinísimos…!

jueves, 17 de septiembre de 2009

CATA MÚLTIPLE EN FEREVIN 2009 (Feria Requenense del Vino)


Los pasados días 27 a 30 de agosto se celebró en la localidad valenciana de Requena la XIX Feria Requenense del Vino (Ferevin); escaparate privilegiado para los vinos de la D.O Utiel-Requena, que se ha consolidado en los últimos años como un certamen imprescindible.

Como no podía ser de otra forma; allí marchamos; y disfrutamos de un día de catas, goce de vinos clásicos; y sobre todo; descubrimiento de las novedades enológicas más relevantes de los últimos tiempos en esta región vitivinícola tan querida.

Vaya de antemano nuestra felicitación a la organización; y nuestro compromiso de encontrarnos de nuevo con ellos en la próxima edición, Dios mediante.

Y dicho esto, paso a enumeraros brevemente algunos de los vinos que catamos. Muchas cosas nuevas y algunas bastante especiales. Sobre cualquiera de ellos que queráis más información acerca de sus características en la cata; estamos a vuestra disposición para dárosla. Sólo tenéis que dejar un comentario en el blog con vuestras inquietudes.

Así pues:

1) Catamos diversos vinos de las Bodegas Cueva, de Utiel. En concreto el joven selección tinto superior; y el Cueva Madurado en barrica. Bien equilibrados y aromáticos, y con una agradable fusión de aromas (ciruelas, frambuesas...)

2) De Chozas Carrascal catamos Las Ocho, un vino tinto con 14 meses de barrica y 12 de botella, elaborado con 8 variedades (Bobal, Monastrell, Garnacha, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah y Merlot) Un vino frutal y balsámico. Potente y carnoso. Chocolate y café. Un buen caldo.

3) De las Bodegas Carlos Cárcel, de El Rebollar, probamos los Valle del Tejo; uno de ellos Reserva; con Tempranillo, Garnacha y Bobal; así como un barrica que suma a estas variedades la Cabernet. Predominio excelso de la bobal propia de esta tierra.

4) Una grata sorpresa fue sumar al Aluvión clásico de Bodegas Fuso, su Aluvión Tinto Dulce 2005, con una sobrepasificada. Un regalo para los sentidos. Muy interesante (qué pareja de un buen foie)

5) De Bodegas Sierra Norte catamos dos vinos bastante correctos: el Fuenteseca Bobal-Syrah (muy ligero y frutal); y el Bercial de crianza (un vino con cuerpo, pero algo sobrepasado, para mi gusto, de madera)

6) Interesantes, como siempre, los caldos de Vera de Estenas. Catamos un Martínez Bermell Merlot 2008; así como el Casa Don Angel Malbec (un vino muy peculiar por esta variedad, que le confiere una originalidad bastante alta)

7) A continuación pasamos a las Bodegas Torres Luna, con un Izán de Luna (correcto); y un Predio Noah crianza (algo flojo a los sentidos)

8) Cerramos la cata con otras dos copas de Fuso: la de Cepas Centenarias de Bobal (clásico Utiel-Requena); y un bis del Aluvión Dulce, que al ser el descubrimiento del día, quisimos clausurara la cata.


En definitiva; 16 vinos catados; y en general un notable alto para las bodegas de esta D.O Utiel-Requena.

Para ampliar información sobre cualquiera de estos caldos, quedamos, como os decía, a vuestra disposición.

¡Y hasta próximos certámenes!

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Tinto TAGONIUS Crianza 2004



Cuando Dani me habló de este vino, tuve que admitir, sorprendido, que no lo conocía. Y lo sacó, el gachó, para la cata. Y sí; lo califico, desde un inicio, como “grande”. Un buen vino.




Tagonius Crianza 2004 es un tinto de la emergente Denominación de Origen Vinos de Madrid; que se elabora en la comarca del Rio Tajuña (el Tagonius romano), en unos longevos viñedos de Tempranillo. Esta uva actúa como base de un coupage al que se han añadido pequeñas cantidades de otras variedades, que, no obstante, aprecié ipso facto en la cata, como en su momento comentamos.

El caldo ha sido criado en barricas de Roble francés y americano, y reposado en botellas acondicionadas en jaulones de crianza.

Un vino, pues, de 14,5%, que nos regala el productor OVILO, desde la localidad madrileña de Tielmes; y que ha obtenido, nada más y nada menos, que 91 puntos de Robert Parker.

Ya sabéis que cualquier vino que supere los 90 puntos en las notas del gurú del vino, suele ser “palabra mayor”. Eso sí, el problema que tiene es que se deja tantos fuera que no son de su gusto, que no basta con decir que tiene esa puntuación para afirmar que es mejor que otro. En todo caso, sí que suele ser garantía de un buen producto, y en este caso así se confirma.

El Tagonius Crianza 2004 ha sido además premiado en Mundos Vini 2006 con la medalla de plata, entre otras condecoraciones.

Su cata es sorprendente.

De color extraordinario, proporcionado, posiblemente, por su lenta maceración; de un cereza picota intenso.

El aroma: clarísimo de frutas frescas, con unos matices muy propios conferidos por la crianza en barrica. Al rato, chocolate y lácticos; con algo de evolución hacia la menta.

En boca es de paso largo y aterciopelado; con una acidez muy correcta y con buen equilibrio, aunque quizá le falte algo de persistencia. Ya en el retronasal, se muestra más frutal y elegante.

En definitiva: un vino de alta calidad. Lo mejor: haberlo conocido.

martes, 15 de septiembre de 2009

MARQUÉS DE ARIENZO CRIANZA 2005




Nos honró Quilis con su venida a esta su casa; y nos trajo este vino. Uno de esos que no fallan. Un vino muy correcto.

Marqués de Arienzo Crianza 2005 es un vino tinto de las Bodegas Domecq; enclavadas en la entrañable localidad de Elciego; en la Rioja Alavesa; que más allá de su reciente popularidad por obras vinícolas faraónicas, es cuna de grandes vinos, y de grandes hombres (¡Pater, pater…!) Vaya mi recuerdo en este post, también, a Víctor, hijo ilustre de Elciego.



Y mi mención a su bella Iglesia (no dejen de verla)



Se trata de un caldo elaborado a partir de las variedades de uva tempranillo (95%), graciano y mazuelo (5%), obtenidas en los viñedos que la bodega posee en la propia localidad de Elciego, así como en la bellísima localidad (qué paseos…) de Laguardia.

La graduación es de 13%; y la elaboración le ha llevado a doce meses de barrica.

Pasando a los aspectos que destacaría de su cata; hablamos de un color picota suave; con algo de brillo.

El aroma es a vainilla y sencillo; de golpe muy agradable.

En cuanto a su paso en boca; de acidez justa , y de fruta en un primer momento. El post-gusto no es demasiado largo; pero se mantiene el tiempo justo de forma elegante en el paladar.

Se trata de un buen vino, fiel a su estilo; clásico Rioja, y fiable.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Estrenamos fotografía de cabecera

Por cierto; que, con tanta acumulación de catas, se me olvidaba comentaros que, desde hoy, como podéis ver; hemos cambiado la fotografía cabecera del blog.
Y siguiendo la nueva política fotográfica del mismo; hemos eliminado la antigua foto para sustituirla por una que nosotros mismos hemos hecho con uno de nuestros vinos catados, frente al Mar Mediterráneo.
Esperamos que os guste.

DÍAS DE VINO Y... VINO




Hola queridos vinísimos:

¿Qué tal?

Habréis observado que llevo unos días sin escribir… ¡Pero no sin catar!

Precisamente porque han sido días de vino y rosas; las catas se han reproducido y no me han permitido sacar huecos suficientes para plasmarlas en el blog.

¡Pero tranquilos!

Las tengo todas catalogadas y apuntadas; y en los próximos días os iré comentando algunas de ellas. También os mostraré fotos de algunas otras. Y algunas… quedarán en el limbo vinícola para siempre… ¡No hay sitio para todas!

Días de Árbol Blanco; de Castillo de Madax; de Marqués de Arienzo; de Príncipe de Salinas; de Tagonius; de Mitarte Crianza; de Vera de Estenas; de Montevannos crianza; de Vereda Mayor; de Convento de San Bernardino; de Pesquera Gran Reserva; de Viña Ardanza Reserva; de CVNE Reserva; de Bardolino Clásico; de Torre Muga Reserva; y de otros muchos más (vinos de Bodegas Cuevas; de Chozas Carrascal; de Carlos Cárcel; de Bodegas Fuso; de Sierra Norte; de Torres Luna; etc, etc, etc…)





Días de Ferias vinícolas y nuevos descubrimientos.

Tantas catas. Tantos momentos con tantos vinísimos. Intentaré compartir muchos de ellos con vosotros.

¡Seguimos!

miércoles, 26 de agosto de 2009

TINTO MERLOT FRIULI GRAVE 2007


Todo el mundo sabe que después del 14 de agosto, viene el 19. Y había que buscar otro vino para esa celebración especial. Y adentrándonos en las novedades, y en el ansia de experimentar nuevas sensaciones vinícolas; mi fotógrafa y yo tomamos este vino que, siendo correcto, apuntaba más maneras de las que realmente demostró tener.
Así pues, nos lanzamos a este vino italiano. Se trata de un Vinto Tinto Cosecha de 2007, hecho con uva Merlot cultivada en la ribera del Río Tagliamento, en un suelo fértil y soleado, propio de el pedregoso llano de dicho río.
Se encuentra dentro de la región del Grave del Friuli; que es la que da nombre a la Denominación de origen controlada a la que pertenece este vino joven.
La graduación alcohólica es de 12%.
Los vinos del Friuli Grave son unos vinos generosos; que siempre me han llamado la atención por su frutalidad; y ligero paso en boca; aunque, en este caso, quizá esa cualidad haya resaltado en exceso, dada la excesiva "acuosidad" de este vino (entiéndase en términos coloquiales) En ese sentido, recuerdo otros caldos de esta denominación que impactaron más en mi (sin ir más lejos el Ronco Nolé, o el Di Leonardo) Eso sí, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, estos vinos son elaborados con Merlot y con Refosco, una uva propia de este terreno, que quizá dé más consistencia al caldo.
En todo caso, nos encontramos con un vino bien acabado; con un color rojo rubí.
Los aromas que más destacan son a cereza y a ciruela (característico en los vinos italianos en general, por cierto)
El sabor es redondo; con taninos agradables, y notas de cítricos al final.
En cuanto al maridaje; pienso que podría ser buen compañero de platos de pasta no excesivamente condimentados; de carne blanca, y de caza menor.
Y hasta aquí está primera referencia que subo a vinos italianos.
Seguiremos, vinísimos.

viernes, 21 de agosto de 2009

Tinto PradoRey Crianza 2006



Unos posts más abajo fotografiábamos la cata del PradoRey 2007 seis meses en barrica. En la misma ocasión catamos este vino, hermano mayor, que trajo Vicente, y que degustamos con una auténtica paella valenciana hecha a leña, como Dios manda. La cata conjunta de ambos caldos y su comparativa, así como el maridaje con la paella, fue una agradable experiencia eno-gastronómica. Aquí os dejo foto del caldo y el plato en cuestión.
Se trata del PradoRey Crianza de 2006, edición limitada también a 37.000 botellas, como el Tinto 2007.
Pertenece al Real Sitio de Ventosilla, de la localidad de Gumiel de Mercado; en Burgos, y dentro de la D.O Ribera del Duero.
La graduación es de 13,5 %.
La vendimia comenzó el 16 de septiembre de 2006, y finalizó el 10 de octubre de ese mismo año.
El proceso de elaboración de este vino, aunque tradicional, se ha completado con tecnología propia de esta bodega, que han aportado al caldo un perfil moderno.
Por otro lado, se percibe una elaboración orientada a conservar sus características naturales; por lo que sí se presentaron ciertos precipitados, salvables con su decantación.
En cuanto a su composición, es un 85% de Tinta Fina; completada con un 15% de Cabernet Sauvignon.
Se trata de un vino fermentado a 29ºC, y con una maceración de 20 días.
Posteriormente ha estado 14 meses en barrica de roble (un 60% del Caucaso y un 40% francés) Posteriormente se ha completado con 5 meses en conos de roble francés de Nevers; según la información proporcionada por el responsable, Angel Luis Margüello.
En cuanto a los aspectos de la cata que yo destacaría; hallo los siguientes:

El color se aprecia rojo rubí con ribetes iodados intensos. El vino presenta capa media; con un buen cuerpo y perfectamente limpio.
Los aromas son complejos. De entrada desprende fruta, selváticos y algo florales. Con la oxigenación en copa se transforman en aromas más potentes. Esto confiere al vino una personalidad única.
El tanino es bondadoso y agradable; formando un matrimonio entre la madera y el vino muy destacable.
Se aprecian coco, vainilla, frutos secos y algo de canela.
El final es aterciopelado; y de largo postgusto.
Un vino muy digno; y de alta calidad.
Un maridaje perfecto con la magistral paella, convirtieron a esta cata en un buen momento.
Hasta pronto; vinísimos.